Consultores en energías alternativas

Los consultores de energías alternativas nos dicen que la transición desde la economía y la sociedad impulsadas por el petróleo no será, en general, fácil. La cantidad de nuevas tecnologías e infraestructuras que es necesario desarrollar y construir es asombrosa, incluso cuando Alemania logra alimentar al 10% de toda la nación mediante el uso de turbinas eólicas y paneles solares, incluso cuando una corporación tras otra está surgiendo, ayudada por varios las exenciones fiscales y los incentivos de reembolso de los gobiernos, para impulsar la misión de las energías alternativas. Hemos permanecido inactivos en materia de energía alternativa a gran escala durante tanto tiempo que ahora tenemos que luchar para ponernos al día, mientras el acceso al petróleo barato está cada vez más cerca de ser una cosa del pasado.

Los consultores en energías alternativas también nos dicen que necesitamos esfuerzos multilaterales e internacionales concertados entre nosotros para alejarnos de la fuerte (casi total) dependencia de los combustibles fósiles. Están a punto de volverse demasiado caros, quemarlos contamina la atmósfera y excavar en su busca altera el medio ambiente natural. Nos quedan unos 30 años de petróleo y gas razonablemente baratos, y los consultores dicen que dentro de 20 años después de ese punto, será mejor que seamos al menos 90% independientes de ellos. Desafortunadamente, en la actualidad el mundo no actúa como si ese fuera el caso. La sed de petróleo está creciendo, no saciando, y está creciendo más rápido ahora que incluso en los años 1970.

Uno de los principales problemas de la transición, señalan los consultores, es que los precios más altos del petróleo y el gas estimulan la economía (esto va en contra de lo que creen muchos de los llamados “expertos” en energía y muchos miembros del público, pero el hecho es que el petróleo y el gas son encontrados, fabricados y transportados por grandes corporaciones que emplean multitudes de trabajadores y contratistas; y debido a sus enormes ganancias, sus acciones siguen siendo lucrativas en Wall Street). La energía alternativa o “verde” tiene que volverse más favorable al mercado y más rentable para los inversores y los posibles empleadores. A Wall Street no le gusta el cambio; por eso hay resistencia a esta transición económica tan necesaria. Es por esto que muchos consultores dicen que necesitamos que se ponga en marcha una iniciativa internacional respaldada por los gobiernos; se nos dice que no podemos esperar que la nueva economía surja de la noche a la mañana, limpia, pulida y perfeccionada, de las negras cenizas del fénix de la economía de los combustibles fósiles.

Es sumamente imperativo que las naciones ricas y de gran producción, como Estados Unidos, Japón, Europa occidental y otras, sean las que encabecen el esfuerzo para salir de la dependencia de los combustibles fósiles. Sencillamente, las naciones más pequeñas y pobres nunca alcanzarán el nivel de producción de energía a través del carbón y el petróleo que tienen, porque cuando estén preparadas para hacerlo, el acceso barato a los combustibles fósiles habrá desaparecido y nunca podrán hacerlo. ser capaces de sostener sus civilizaciones recién nacidas en ese momento como hemos podido hacerlo nosotros. Ha llegado el momento de la transición del negro al verde.